Detrás de todo el panorama musical existe una industria que mueve cientos de millones de euros cada año.
Hoy en día, cualquier persona que se encuentre relacionada con el sector musical puede generar grandes ganancias.
Compositores, arreglistas, productores, músicos, vocalistas, discográficas… todos ellos son actores de la enorme industria musical, la cual crece año tras año, un crecimiento que genera cantidades ingentes de dinero.
Pero ¿dónde se mueve el dinero?
Bueno, principalmente en la concesión de licencias musicales para el uso comercial.
Cada vez que escuchas una pista musical en películas, series de televisión, anuncios, videojuegos, radio, vídeos de YouTube u otros medios audiovisuales, es porque se ha pagado por el uso de dicha pista musical.
En otras palabras, es porque se ha adquirido la licencia para su uso comercial.
Y ¿qué licencia se ha adquirido? ¿Hay varias licencias? ¿En qué se diferencian?
Sí, sabemos que las preguntas que te pueden surgir son muchas, y para
darles respuesta hemos creado esta súper guía explicativa.
Tanto si estás haciendo música y quieres aprender cómo obtener una licencia, como si lo que buscas es conocer los tipos de licencias que existen y saber cuáles son sus características, en este artículo encontrarás todo lo que necesitas saber al respecto.
Pero antes de explicarte qué es una licencia musical y los tipos que hay, es necesario saber qué es la publicación musical.
Cuando hablamos de publicación musical nos referimos a la gestión que se lleva a cabo de una pista musical que ha sido registrada.
Es importante mencionar que esta gestión se refiere al uso de la pista musical con fines comerciales, es decir, con el objetivo de usar una canción para generar dinero.
Existe la posibilidad de que el artista de una pista musical se encargue de la publicación por sí mismo.
Esto tiene las ventajas de que obtendría el 100% de los beneficios generados a través de los royalties.
No obstante, esto no suele ser lo habitual debido a que requiere de una gran dedicación.
Además, los artistas no cuentan con los medios ni con los contactos necesarios para llevarlo a cabo.
Por ello, los artistas que no pueden realizar la publicación de sus canciones por sí mismos suelen acudir a una compañía de publicación o, en su defecto, a un editor.
El editor será el encargado de:
Cuando un artista firma un acuerdo de publicación con un editor, se establecen unos términos, entre los cuales se encuentra la forma en la que se cederán los derechos de la pista musical a terceros y el porcentaje que el editor se llevará sobre los beneficios obtenidos de los royalties.
Aclarado lo correspondiente a la producción musical, ahora sí, vamos a ver qué es una licencia musical.
La licencia musical se refiere al permiso legalmente documentado que permite la cesión de una pista musical para su uso comercial.
Se trata de un acuerdo para utilizar la canción con un determinado propósito y durante un tiempo concreto.
En estos acuerdos se establece, entre otras cosas:
En la mayoría de los casos, la música es licenciada para su uso comercial en medios de radiodifusión como:
Por ejemplo, la archiconocida serie ‘Friends’ utiliza como música de cabecera la canción ‘ I’ll Be There For You ’ del grupo The Rembrandts.
Para poder utilizar esta canción en la cabecera de la serie, los productores de la misma habrán tenido que adquirir la licencia comercial de la canción para siempre.
Por su parte, los royalties generados por el coste de adquirir dicha licencia irán a parar al editor con el que el grupo The Rembrandts tenga el acuerdo de su publicación musical.
Y, en ese acuerdo, se establece la repartición de beneficios según los porcentajes que le corresponda a cada uno, tanto al editor como al grupo.
En la actualidad, la concesión de licencias es una de las principales herramientas que utilizan los artistas -titulares de los derechos de autor de sus canciones- para ser compensados por el uso de sus obras musicales.
Quizá después de explicar ambos términos te estés haciendo esta pregunta.
Veamos pues en qué se diferencian uno del otro.
Tal y como hemos mencionado anteriormente, la licencia musical se refiere al acuerdo que permite la cesión de una pista musical para su uso comercial.
Por su parte, la publicación musical es la gestión de los acuerdos que se lleva a cabo de una pista musical que va a ser usada comercialmente.
Si recuerdas, el editor es el encargado de, entre otras cosas, confeccionar los acuerdos para la cesión de los derechos de la pista musical para su uso comercial.
Estos acuerdos, cuyas características pueden variar, es lo que se conocen como licencias musicales.
Ahora que comprendes la diferencia entre la publicación musical y la licencia musical, vamos a descubrir los diferentes tipos de licencias musicales que existen.
A continuación, vas a encontrar la lista con las seis licencias musicales que existen, explicadas en detalle y con ejemplos para que entiendas a la perfección todas y cada una de ellas.
Y comenzaremos con una de las más importantes: la licencia de sincronización.
La licencia de sincronización es un tipo de licencia a través del cual se permite el uso de una pista musical en un proyecto audiovisual.
Siendo más específicos, la licencia de sincronización permite la reproducción de una pista musical siempre y cuando se encuentre coordinada con la imagen en movimiento de un trabajo audiovisual.
Es decir, necesitarás la licencia de sincronización para cualquier cosa donde se dé la combinación de una imagen en movimiento acompañada de música.
Los casos en los que se suele necesitar esta licencia son, principalmente:
Cuando una canción se reproduce como parte de cualquiera de estos proyectos audiovisuales, se le llama sincronización.
De hecho, cuando se suelen referir a la “licencia musical” per se, a lo que normalmente se refieren es a esta sincronización o licencia de sincronización.
Y es que, las sincronizaciones son desde hace años, las licencias más utilizadas en el mercado musical y audiovisual.
Este tipo de licencias suelen ser emitidas, como ya comentamos
anteriormente, por un editor musical o una compañía de publicación
musical.
En las situaciones en las que sea necesario adquirir esta licencia, será el productor del proyecto audiovisual el responsable de obtener la licencia, y no la cadena o compañía que emite el proyecto.
Cuando una pista musical es utilizada y sincronizada con imágenes en movimiento es necesaria la licencia de sincronización.
Sin embargo, para la grabación del proyecto audiovisual, también se necesitará otra licencia musical, conocida como licencia de uso maestro o licencia principal.
La licencia maestra es la que autoriza el uso de una pista musical en proyectos audiovisuales a la persona que la adquiere.
De primeras, esta licencia parece ser prácticamente igual que la licencia de sincronización porque las dos se necesitan para utilizar la música en proyectos con imagen en movimiento. No obstante, guardan alguna diferencia significativa.
Entre ellas, una de las más importantes es que la licencia maestra cede los derechos de la grabación original de la canción al cliente.
Por contra, la licencia de sincronización permite utilizar la composición de una pista musical, es decir, la partitura y la letra de la canción, entre otras cosas para poder realizar nuevas grabaciones o nuevas versiones de la canción original.
Otra de las diferencias entre ambas licencias es la pertenencia.
Y es que, mientras que la licencia maestra suele estar en manos de las compañías discográficas que han grabado la pieza musical del artista, la licencia de sincronización suele estar en poder de los editores, los compositores o, en su defecto, los mismos autores.
Por ello, si necesitas utilizar una canción en medios audiovisuales como televisión, videojuegos o anuncios, deberás obtener ambas licencias: tanto la de sincronización como la maestra.
Después de la licencia de sincronización, la licencia de comunicación pública es, posiblemente, la más utilizada dentro de las licencias musicales.
También conocida como licencia de actuación, esta licencia es la que permite el uso de una pista musical para su difusión pública.
Esto incluye desde conciertos hasta, radio, televisión, música en vivo tocada en negocios o en la misma calle.
En definitiva, será necesaria para reproducir la obra musical en cualquier lugar que sea frecuentado por el público, ya sea un local, una discoteca, una tienda, un restaurante o cualquier tipo de negocio.
Dicho de otro modo…
…cada vez que alguien reproduzca música conocida para un público deberá obtener y pagar por esta licencia.
Los que suelen tener los derechos sobre este tipo concreto de licencia suelen ser las sociedades de autor, que difieren según el país en el que te encuentres:
Estas sociedades son las que se dedican a recaudar los royalties musicales de cada una de las fuentes que se ha mencionado donde se reproduzca la pista musical. A su vez, las distribuirán estas regalías a los artistas según las veces que se haya reproducido su canción, restando la comisión de sus servicios.
También conocida como licencia mecánica, la licencia de reproducción es la que permite que una canción se pueda reproducir y distribuir en cualquier soporte para un determinado público, y siempre para realizar un uso exclusivamente privado de la pista musical.
Esta licencia es aquella que faculta a una compañía la fijación o grabación de la pista musical en un medio o soporte para ser reproducida.
Es decir, es necesaria para, por ejemplo, grabar un CD musical, un vinilo, un casete o cualquier otro soporte en el que se fuera a distribuir la pista musical.
También permite al cliente de la misma obtener copias de la pista musical, ya que el acto de fijación también contempla el poder duplicar, por ejemplo, un disco para su posterior comercialización y venta.
Cabe decir que también necesitaremos esta licencia siempre y cuando queramos grabar nuestra propia versión de una determinada canción, así como para la exportación, en formato físico o digital, de un vídeo que use la pista musical.
Como indica su propio nombre, la licencia de derechos de impresión hace referencia a la permisión de realizar copias impresas de las partituras de una determinada pista musical.
Es decir, si necesitas imprimir en formato físico la partitura de una canción, necesitarás esta licencia.
Esto se aplica siempre y cuando se quiera imprimir, escribir, arreglar o vender la partitura de una canción, al igual que si se quiere usar parte de la letra de dicha canción para incluirla en contraportadas de un CD musical o, por ejemplo, en los subtítulos de un vídeo en YouTube.
Esta licencia es una licencia un tanto particular. Y es que la licencia teatral solo se usa en el ámbito del teatro y es la que te permite interpretar una determinada canción en una obra de teatro.
Dicho de otro modo…
…será necesario adquirir la licencia teatral cada vez que un trabajo musical con derechos de autor vaya a ser representado en un escenario en presencia de público.
Ahora que ya conoces las licencias que se mueven en el mundo de la música es momento de que sepas algo importante.
Muchas veces no necesitarás realmente utilizar una canción famosa específica para tu proyecto audiovisual o tu negocio y, por tanto, no necesitarás adquirir ninguna de las licencias anteriores.
Por ejemplo, existen alternativas en el mercado que ofrecen sus “propias” licencias y que te permitirán utilizar pistas musicales y efectos de sonido para los diferentes proyectos que hemos mencionado anteriormente, como los vídeos en redes sociales, los anuncios en TV y radio, los videojuegos o los proyectos audiovisuales con motivo comercial.
Esas alternativas se llaman licencias de música libres de derechos de autor y en Internet existen varias plataformas que las ofrecen a un precio mucho menor de lo que te costaría adquirir las licencias anteriores.
Como bien has podido ver…
…las licencias musicales son uno de los instrumentos que más dinero mueve año tras año en la creciente industria de la música.
Y el problema es que hay muchos actores detrás de cada pista musical:
los autores de los temas, los productores, los arreglistas, los
compositores, los vocalistas, las compañías discográficas, las
sociedades de autor, etc.
Cada uno de ellos, si participa en el proceso de elaboración de un tema desde que es creado hasta que es comercializado, tiene derecho a participar de los beneficios obtenidos cada vez que se comercialice dicho tema.
Y de ahí salen los seis diferentes tipos de licencias que has visto: la licencia de sincronización, la licencia maestra, la licencia de reproducción, la licencia de comunicación pública, la licencia teatral y la licencia de impresión.
Todas ellas licencias, pero todas ellas diferentes y necesarias para según que uso de una canción.
Y, en función de para que necesites la canción, tendrás a su vez que pedir permiso a cada uno de los actores mencionados anteriormente.
Un proceso bastante complejo que puede ser simplificado a través de las licencias musicales sin derechos de autor.
Ya has visto que este tipo de licencias ofrecen, por un módico y reducido precio, unas prestaciones y características que merecen mucho la pena para evitarte problemas y simplificarte el uso de la música en proyectos comerciales.
Y si te has quedado con ganas de más, te recomendamos visitar nuestros artículos relacionados sobre qué son las canciones sin copyright o cómo licenciar canciones famosas.